Si tocan a unas
Solidaridad
con Mónica y Francisco
Han pasado ya 2 meses desde que Mónica y Francisco, junto a otras 3 compañeras, fueron detenidas, aisladas y las 2 primeras encerradas posteriormente bajo el duro régimen FIES y las otras en libertad provisional (con firma semanal) en espera de juicio bajo los mismos cargos.
Muchas
compañeras de diferentes partes nos comentaron del aparente aura de
«secretismo» que se percibe en todo lo relacionado con la situación
de las compas y con el caso en sí, y que luego del bombo mediático
con todo lo referente a las detenciones habría que haberse
pronunciado. Lo cierto es que, como ya sabemos, contra la propaganda
del régimen y sus ideólogos, es decir, contra la prensa, poca cosa
se puede hacer a modo de contrapeso; se la puede evidenciar, ver cómo
van tejiendo sus redes, y cómo codo a codo con el Estado van
haciendo un hueco a llenar con el siguiente enemigo interno:
islamistas, independentistas gallegos, animalistas acusados de abrir
más jaulas de la cuenta, anarquistas... Éstos —los que no quieran
pasar por la ortodoxia del clero que dice representarlos o que marca
la manera correcta (es decir democrática, legal, etcétera)— serán
los que llenen el vacío dejado por ETA, vacío no sólo como enemigo
interno que alimenta todo un arsenal burocrático, represivo y
judicial, el llamado antiterrorismo (una institución en sí misma
que se niega a desaparecer y por tanto ha de demostrar su necesaria
existencia y eficacia), un vacío que también se notaría en las
celdas por llenar y en las páginas de prensa, que dejaría espacio a
otras preocupaciones en la cabeza de los lectores; poco importan los
desahucios, que millones de personas no tengan forma de buscarse la
vida —ni siquiera en los canales de la esclavitud laboral—, que
los políticos se llenen las arcas y se rían en nuestra cara. Hay
fantasmas muy peligrosos, nos dicen, a los cuales realmente temer:
los inmigrantes, los terroristas, etcétera.
Quienes
hayan visto las noticias aquellos días recordarán toda la carga
xenófoba con la que estos apuntaladores de lo existente con
palabras, los periodistas e ideólogos del régimen, calificaron a
nuestras compañeras. Las intenciones son evidentes: generar falsos
mitos. Nos hablan del “triángulo mediterráneo”, de que “son
gente de fuera”, de aquellos “extranjeros y extranjeras que
vienen a hacer cosas malas”, de “anarquistas malos que vienen de
fuera” y de “anarquistas griegos e italianos que vienen a
instruir a los y las de aquí”, etcétera. Lo que son incapaces de
reconocer estos “expertos” de la mentira es que en el Estado
español existe una larga tradición —por llamarla de alguna forma—
anarquista, grande, diversa y fluctuante, pero casi tan antigua como
el anarquismo mismo: desde las luchas de los libertarios andaluces,
los ecos de la propaganda por el hecho, la Semana Trágica de 1909,
la Revolución de 1936, la guerrilla antifranquista, las millones de
personas en la barcelona libertaria de 1977, el anarcosindicalismo,
todos momentos y sucesos que dejan claro que aquí no es nada nueva
la identificación con las ideas y las prácticas ácratas.
Con
respecto a la investigación contra nuestros compañeros y compañeras
detenidas, se encuentra cerrada, lo cual no quita que nuevas pruebas
puedan aparecer de la noche a la mañana. Lo que también sabemos es
que existe otra investigación abierta que al parecer busca crear una
organización anarquista internacional, con un fuerte acoso a varias
compañeras. No tenemos ni idea de por dónde nos sorprenderán ya
que hemos visto en estos últimos meses que la capacidad inventiva
policial es bastante ilimitada, ni tampoco sabemos si las últimas
detenciones en Galicia forman parte de esta trama. No negamos las
existencia de “relaciones internacionales”, ni que las
anarquistas se muevan —como el resto de las personas— en un mundo
que en gran parte te obliga a moverte aunque no lo quieras; incluso
también viajamos en busca de complicidades, no vamos a negar una
evidencia, pero sí nos negamos rotundamente a reconocer la
existencia de esa organización ficticia estructurada que a la
policía y a los jueces les encanta imaginar. Una vez más intentan
buscar elementos que encajen con sus teorías, aunque su figura
geométrica necesite deformarse y añadir más ángulos. Lo que si
hemos visto con nuestros propios ojos ha sido la colaboración (o
simple paripé)
entre las policías y autoridades chilenas, españolas e italianas,
hemos visto sus ruedas de prensa, sus apretones de manos y sus
elogios y nos dio asco. La única organización terrorista
internacional que conocemos, que sabemos de su existencia es la de
los Estados y sus instituciones.
De
la herencia que nos ha dejado la religión, de la laicización de
conceptos que han ido más allá de la religión misma, son la noción
de culpa y de castigo los que más arraigadas en nosotras se
encuentran. “Si no han sido ellxs, ¿por qué no lo dicen?” dicen
unas voces ingenuas. Otras menos ingenuas hablan del hecho concreto
del que se les acusa para negar la solidaridad. Ambas actitudes
apuntan con su dedo acusatorio y policial —conscientemente o no—
hacía algún sitio (ya decían nuestras madres que era una mala
costumbre
apuntar con el dedo a la gente). Todas las acciones son discutibles,
incluso aquella por la que las compas se encuentran imputadas, pero
entre nosotras, entre compañeras, de una manera seria, consciente y
para sacar conclusiones que favorezcan a la continuidad de la lucha.
El machaque
mediático buscó, desde un primer momento, minar el posible camino
de la solidaridad, para crear una brecha y un vacío, para separar.
Más duros que los paneles de hormigón que comonen las prisiones es
el vacío que genera la insolidaridad. Lamentablemente en parte se
encontraron con un terreno abonado por nosotras mismas: otra vez los
anarquista buenos
y los malos,
los insus
y los sociales,
los culturales
y los de
acción,
y un largo etcétera, apoyándose en una falsa separación, una falsa
dicotomía inexistente y proveniente de un análisis simplista y
superficial en nuestra opinión, que lo único que hace es enfrentar
los diferentes frentes de la lucha anarquista.
La
prensa y la policía emitieron claros mensajes al respecto: “Si
osáis intentar subvertir el orden establecido os encerraremos,
publicaremos vuestras caras y nombres1,
y os trataremos como lo que sois, como terroristas”, “si os
solidarizáis con las que hacen estas cosas o están acusadas de
hacerlo también seréis tratadas como terroristas”, etcétera. Y
si como de un duro padre corrector se tratase, la mano amenazante de
éste finalmente es más efectiva que el golpe. Pero, ¿y si
aprendemos a enfrentarnos al golpe para que nos haga el menor daño
posible?
Si
nos negamos a solidarizarnos con aquellas de cuyas
acusaciones
no estamos de acuerdo, es decir, con quienes no compartimos las
acciones de las que se les acusan, estamos legitimando la voz del
Estado y afirmando las acusaciones, estamos entrando en un terreno
que no es el nuestro sino el de nuestros verdugos. Más allá de lo
que pensemos sobre los hechos, estamos convencidas de que la
solidaridad nunca debe ser vista desde un punto de vista moral, punto
de vista muy influido por los medios de comunicación, y también,
desde la óptica completamente inversa no creemos que la validez de
una acción cualquiera haya que verla en relación a un código
penal, desde lo dura que pueda ser una sentencia. Las leyes y la
moral (que implícitamente también genera leyes) dejémosla a los
jueces, a los curas, a los lagrimeros
periodistas, a las que tienen miedo de sí mismas. Y de la rabia de
las oprimidas.
La
comunicación directa con nuestras compañeras encarceladas ha sido
difícil desde el principio. Sabemos que están bien de ánimo y
fuertes. Están recibiendo cartas (algunas de ellas tardan mucho en
llegar) y sólo pueden enviar dos cartas semanales, una de las cuales
es para comunicarse entre ellas. Francisco está recibiendo visitas,
pero lleva semanas sin ver a otros presos porque se ha quedado sólo
en el módulo. Hace unos días le han notificado que le aplicarán
también el art. 10 (FIES 1) y que será trasladado a Córdoba.
Mónica después de haber estado en observación, sola en ingresos, y
sin dieta vegetariana, se encuentra en Brieva (Ávila) bajo el art.
10, en un módulo junto a 4 presas políticas y 8 presas comunes. Aún
no tiene visitas (ya que los burocráticos trámites se han de volver
a hacer cada vez que hay un traslado) pero sí que puede hacer
algunas llamadas telefónicas.
La
detención y encarcelamiento nos han sacado a flote algunas
cuestiones: ¿cómo expresar la solidaridad?, ¿cómo hacer que no
sólo sean aquellas personas más cercanas a las detenidas/imputadas
las que tengan que cargar con todo?, ¿qué significa el FIES para
los presos anarquistas y qué podemos hacer?, ¿cómo no claudicar
ante el chantaje de la cárcel y su sombra?
Hemos
abierto un correo para que aquellas que quieran saber más sobre la
situación de Mónica y Francisco puedan escribir. También estamos
juntando dinero para los gastos actuales y futuros, ya que
seguramente la prisión preventiva la tendrán que cumplir completa
hasta que sea el juicio y todas sabemos los gastos que supone esto.
Cualquier
duda, aporte, crítica, pregunta: solidaridadylucha@riseup.net
No
dejaremos sola a ninguna. Si
tocan a una nos tocan a todas
dice una frase que nos encanta gritar. A ver si la podemos poner en
práctica.
¡Libertad
y solidaridad!
1
Sin olvidar que hacen lo mismo cada día en la prensa con otras
personas, que finalmente las que estamos pendientes de este hecho en
sí somos las afectadas, el resto de la gente se olvida y pasa a
pensar en noticias más frescas.
Mónica Caballero
Ávila – Prisión Provincial
Ctra. De Vicolozano
Apdo. 2065194 Brieva (Ávila) – España
Telf: (0034) 920259022/23/29
Francisco Javier Solar Domínguez
Centro Penitenciario Córdoba
Autovía de Madrid a Cádiz Km 391
CP 14014 Córdoba
Ávila – Prisión Provincial
Ctra. De Vicolozano
Apdo. 2065194 Brieva (Ávila) – España
Telf: (0034) 920259022/23/29
Francisco Javier Solar Domínguez
Centro Penitenciario Córdoba
Autovía de Madrid a Cádiz Km 391
CP 14014 Córdoba
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