Fuente: El libertario. Anarquismo y movimientos sociales autónomos de Venezuela.
Por estos trópicos donde carecemos de invierno gélido, a mediados de febrero comienza a ceder el clima más fresco que tenemos desde diciembre y se entra a la canícula propia de nuestras latitudes. Ahora, también se calienta el clima político-social, como se evidenció el martes 12 de febrero, cuando la conmemoración del Día de la Juventud (en recuerdo de un evento de la épica histórica del país) fue marcada por masivos actos de protesta en 16 ciudades, incluyendo una significativa manifestación en Caracas convocada por los estudiantes universitarios, que con 25.000-30.000 asistentes ha sido la movilización antigubernamental de calle más importante de tiempos recientes. Estas acciones contrastaron con la pobre demostración de fuerza que daba el oficialismo ese mismo día, pues apenas pudo proponer actos públicos en 3 ciudades, con un evento en Caracas del cual las cámaras fotográficas y de TV únicamente muestran tomas cerradas, pues las imágenes amplias serían vergonzosas para la propaganda madurista.
Hay que presentar el relato de los hechos y lo que los rodea, pues en la derecha política que es parte de la oposición y, muy especialmente, en la seudoizquierda autoritaria que está en el gobierno o lo $ecunda desde el exterior, se han tergiversado u ocultado muchas cosas. Lo que en verdad amplifica el impacto de esta jornada viene por lo que ocurre después que la marcha en Caracas cumpliese su recorrido y se había retirado el grueso de su asistencia. Un grupo apedreó la sede de la Fiscalía General de la República (organismo cuya titular ha sido fiel cumplidora al servicio del Estado en la criminalización de la protesta), lo que fue pretexto para que una violenta represión se desatase contra los que allí estaban, tanto a manos de los uniformados oficiales (Policía Bolivariana, Guardia Nacional, la policía criminal del CICPC y la policía política del SEBIN), como de sus oficiosos compinches paramilitares, encuadrados en los autodenominados “colectivos”. De esa acción, donde hubo uso discrecional de armas de fuego, resultaron tres asesinatos y al menos 40 heridos de bala. Vale resaltar que en los abundantes testimonios visuales sobre estos hechos – de amplio acceso vía Internet – quienes aparecen disparando han sido repetida y claramente identificados como agentes en servicio o como paramilitares, mientras que la propaganda oficial – cuando muestra “la violencia fascista” que atribuye a sus opositores – solo presenta a algunos jóvenes que gritan y arrojan piedras, en grotesca parodia de lo que argumenta el Estado de Israel para masacrar a infantes y adolescentes en Palestina.
Mención aparte cabe hacer de la acción de una de esas bandas armadas y “empoderadas” por el Estado, que en el Oeste de Caracas, con uniformes y armamento de grueso calibre en mano, esa jornada se dedicó a la cacería de quienes presumía como opositores, siendo una de sus víctimas el buen amigo de El Libertario y frecuente colaborador de nuestro blog Inti Rodríguez, además Coordinador de Medios en PROVEA, conocida ONG de Derechos Humanos. Fue secuestrado por dos horas, le golpearon con saña, lo amenazaron de muerte, extendiendo esa intimidación hacia su familia en caso de hacer denuncia pública, y al final – para hacer constar su condición “robolucionaria” – le despojaron de dinero y pertenencias. Después que lo liberasen, “por ordenes de la superioridad”, se denunció este caso ante la Fiscalía General, que hará lo que acostumbra, por lo que Inti Rodríguez tiene que tomar previsiones por su seguridad pues sus agresores son guapos y apoyados. No se entienda lo dicho como sugerencia de pereza en la labor de la Fiscalía, que bien activa se ha mostrado por estos días para emprenderla contra los manifestantes opositores encarcelados y de justificar el despliegue represivo del régimen, lo que pudiera tener algo que ver con esas piedras estrellándose en la fachada de su sede.
EXPLICACIONES QUE NADA EXPLICAN
La derecha reaccionaria proclama que es SU capacidad de convocatoria la que ha movilizado a la gente, que se marchó en respaldo de SUS posturas retrógradas, y que con esto se consolida el liderazgo de rancios oligarcas como Leopoldo López o María Corina Machado, suplantando al caduco Capriles Radonski y a la orientación socialdemócrata hasta ahora dominantes en la coalición electoral opositora, y quedando como únicos contendientes posibles del oficialismo.
El madurismo pinta un cuadro de protestas minoritarias que han sido sobredimensionadas por la “conjura mediática al servicio de la oposición y el imperialismo”, acusación chocante en un país con evidente y abrumadora hegemonía estatal en los medios de difusión. Como esa versión resulta demasiado tosca, se complementa o sustituye diciendo que quienes protestan lo hacen engañados o a las órdenes de la derecha fascista, adjetivo calificativo bastante curioso viniendo del gobierno más militarista y autoritario en nuestro proceso político reciente, con un culto al caudillo que en todo recuerda la idolatría al “Führer”, donde una crónica mitológica hecha y rehecha a la medida sustituye a la historia y pretende inculcarse como tal, que dispone de pandillas de matones callejeros al mejor estilo de las S.A. hitlerianas o los “squadristi” del fascio (¡hasta con uniforme negro, como los que secuestraron a I.R.!), para cuya dirigencia político-militar fue en cierto momento canónica la lectura de un discípulo del “Duce” como Norberto Ceresole, donde se quieren liquidar los sindicatos autónomos para suplantarlos por entes bajo control estatal, y un etcétera de coincidencias donde ni siquiera faltan los aspavientos antijudios.
Es imprescindible desmentir y desmontar ambas sartas de patrañas, complementarias no por casualidad. Quien haya asistido a la marcha y observado sin sectarismo lo que allí predominaba, fácilmente caía en cuenta que la orientación reinante no venía de alguno o varios partidos, pues la gente fue a expresar su profundo malestar por la situación que hoy se vive en Venezuela, la cual por conocida y comprobable no describiremos. Ese manifestante promedio tiene muy poco o nada que ver con una derecha cuyo discurso se centra en un anticomunismo de comiquita, con alma tan promilitarista y autoritaria como la de cualquier incondicional del oficialismo. De lo que se sabe desde otros lugares del país y por las redes sociales, el ánimo colectivo que expresa la gran mayoría es parecido. Alegarán los fans de Leopoldo o María Corina que, por ejemplo, hay un enorme sentimiento de rechazo a la “invasión castrocomunista cubana”, cuando lo cierto es que al venezolano de a pie le indigna lo que sucede con la Misión de salud Barrio Adentro no porque el personal asignado sea en muchos casos de “cubanos comunistas”, sino porque ese programa ha terminado siendo una desilusión, igual que en otros casos donde la presencia cubana es percibida como parte del fracaso gubernamental (construcción de viviendas, importación y distribución de alimentos, seguridad pública, suministro de productos médicos y farmacéuticos, energía eléctrica, etc.). Y no hablemos del enorme absurdo de acusar a la dictadura castrista de querer imponer el “comunismo” en Venezuela, cuando en la isla ahora mismo se trabaja a marchas forzadas por convertirse en un capitalismo al estilo chino o vietnamita.
En cuanto al madurismo, intenta repetir las mañas del Difunto Eterno Occiso Inmortal, con tan poca fortuna y evidentes chascos como poner al SubComandante SubSupremo en una cadena de TV la tarde del día en cuestión a prevenirnos dramáticamente del golpe de Estado proimperialista en marcha, además del compungido lamento por su “camarada de los colectivos” muerto de un disparo (después se ha sabido que proveniente de las armas de otro “colectivo”), para que en la noche viésemos a Maduro en otra cadena disfrutando de un show que concluía con Gustavo Dudamel dirigiendo el Mambo entresacado del muy yanqui musical “West Side History”. La élite oficialista sigue vendiendo las parábolas de “la herencia de la IV República, la guerra económica, los complots del Imperio, la conjura mediática y el golpe de Estado cocinado por la derecha fascista”, intentando convencer en que ninguna responsabilidad les atañe en lo que hoy padecemos, situación que según ellos no es tan grave como creemos quienes lo vivimos y sentimos, pues la verdadera realidad es la Matrix de Socialismo del siglo XXI que muestran los medios de difusión al servicio del Estado.
SE ACABA EL MAMBO Y LO QUE VIENE ES JOROPO
Pero los hechos son tercos. Lo que comenzamos a ver en estos días es el fatal resultado de la crítica situación que nos queda como herencia tras 90 años de capitalismo petrolero, donde para colmo de males hemos tenido una fase terminal brutal con estos 15 años en que la ebriedad rentista llegó a sus extremos, con los ingresos petroleros más altos de nuestra historia sometidos al peor despilfarro y saqueo que quepa imaginar. Un desenlace así, que ya anunciaron en la década de 1970 J.P. Pérez Alfonzo y Domingo Alberto Rangel (por lo que se les motejó como “profetas del desastre”), resultaba inevitable al continuarse con el modelo de economía extractivista, con un Estado que consolida su rol hegemónico en tanto parásito privilegiado de la renta generada por los hidrocarburos y una sociedad que, a su vez, se torna en mero comensal que participa del festín que el Estado provee, si hay con qué. Lo más infame en el saldo del régimen bolivariano es que, contando por mucho tiempo con recursos financieros ingentes y con circunstancias político-sociales muy favorables, no supo ni quiso hacer cambios reales permanentes a favor de la población, al menos en una escala que se comparase a lo hecho por algunos de sus predecesores, pues se hundió en el pantano del rentismo y el extractivismo, encubriendose con verborrea seudosocialista y demagogia clientelista. La limitada extensión de estas líneas impide detallar esa comparación, pero basta con ver lo mucho que sobre ello ha difundido El Libertario, y lo que recoge el libro Venezuela: la revolución como espectáculo de R. Uzcátegui, para tener evidencia verificable de ese colosal fracaso.
Ni por un momento se crea que esa oposición de políticos electoreros, sea la derecha de “gente bien” o la socialdemocracia de demagogos que no consiguieron puesto – o perdieron el pasaje – en el portaviones chavista, hubiese sido o sería para el futuro una conducción muy distinta. También están comprometidos hasta el tuétano con el rentismo extractivista y, quien no lo crea, vea la experiencia de cuando fueron gobierno, en especial luego de la crisis post-viernes negro de 1983, y además recorra tanto su experiencia al mando de gobiernos regionales y locales en tiempos recientes como lo que expresan en su propuesta de país, al menos esos pocos que osan incursionar en tal tema con un mínimo de sistematización y sin quedarse en generalidades.
Para la gente que ahora se calienta y sale a la calle, también para los que hasta hace poco tuvieron esperanzas en el legado de Chávez pero ven desvanecerse sus ilusiones, las propuestas de salida tienen que ser distintas a lo que ofrecen esos politiqueros. Desde El Libertario también se ha abundado en asomar alternativas, así que invitamos a conocerlas y a tenerlas en cuenta para orientar la acción en los movidos tiempos que se anuncian. Están tanto en nuestro periódico y otros impresos, como en lo que divulgamos vía Internet y las redes sociales.
Mujeres libres en apoyo al pueblo libre de Venezuela !! Muerte al Fascismo !!